Tebboune y las ilusiones de victoria sobre España: cuando la mentira se convierte en política oficial

En una nueva aparición mediática que generó una ola de burlas y críticas, el presidente argelino Abdelmadjid Tebboune una vez más intentó propagar ilusiones políticas sin fundamento, afirmando que Argelia había obligado a España a cambiar su posición sobre el Sahara marroquí. En un discurso pronunciado el 24 de abril de 2025 en Béchar, Tebboune alegó que las sanciones económicas impuestas por Argelia habían obligado a Madrid a revertir su apoyo a la iniciativa de autonomía de Marruecos, una afirmación que no se respalda con ninguna evidencia diplomática o económica concreta.
Lo extraño es que Tebboune ignoró las declaraciones oficiales del ministro de Asuntos Exteriores español, José Manuel Albares, quien, pocos días antes del discurso de Tebboune, reafirmó que la propuesta de autonomía marroquí sigue siendo la solución más seria, creíble y realista para el conflicto sobre el Sahara, desmintiendo así las alegaciones del régimen argelino. Desde el anuncio del apoyo de España a la iniciativa marroquí en 2022, no ha habido ningún retroceso oficial; al contrario, Madrid ha reiterado y reforzado su postura en varias ocasiones.
En el plano económico, mientras Tebboune intentaba presentar a su país como una potencia capaz de torcerle el brazo a España, los hechos cuentan una historia diferente. Aunque las relaciones comerciales entre ambos países han experimentado cierto declive, especialmente en el sector del gas, Madrid rápidamente compensó la caída a través de nuevos acuerdos con socios como Estados Unidos y Nigeria. En consecuencia, la economía española no se ha visto significativamente afectada, mientras que Argelia sigue luchando por encontrar nuevos mercados en un paisaje energético europeo cada vez más competitivo.
Los observadores creen que las declaraciones de Tebboune reflejan un intento desesperado de desviar la atención de los fracasos internos que aquejan a Argelia, ya sean económicos o sociales. Rodeado de crisis, el régimen argelino recurre a la fabricación de victorias ficticias para desviar la atención pública, incluso a costa de empañar la imagen del país a nivel internacional.
A nivel nacional, los comentarios de Tebboune fueron recibidos con sarcasmo generalizado y rechazo, incluso por figuras políticas argelinas prominentes como el activista Saïd Bensedira, quien describió las declaraciones como un daño a la reputación de Argelia a nivel mundial, afirmando que Tebboune vive en un mundo de ilusiones alejado de la realidad.
Así, una vez más, el régimen argelino se encuentra atrapado entre una realidad diplomática que expone sus mentiras y una población frustrada que ya no cae en las viejas campañas de propaganda y desinformación.
Redacción.