¿Hay lugar para el Frente Polisario en el futuro autonómico marroquí del Sahara?

Existe una preocupación de creciente actualidad acerca del futuro del Frente Polisario, de sus miembros, seguidores y familias, en la remodelación socio-política de la región del Sahara una vez puesta en marcha la propuesta formulada por el rey Mohamed VI de una Autonomía avanzada.
El modelo de autogobierno, del que ya se conocen y debaten sus grandes líneas, tiene como uno de sus puntos centrales el papel reservado para el movimiento independentista saharaui en el futuro de la región: el de sus dirigentes, el de sus cuadros y militantes, el de sus combatientes armados, el de las poblaciones bajo su control en los campamentos de refugiados de Tinduf (localidad del sudoeste argelino).
El problema ya está ahí, y desde diferentes ángulos se está debatiendo su posible solución.
El gobierno de Marruecos no ha perdido el tiempo y ha facilitado una reunión entre una Comisión de expertos e investigadorespresidida y coordinada por el Doctor Mohamed Zahraoui, Profesor de Derecho Constitucional y Ciencias Políticas en la Universidad de El Jadida, y el Centro Marroquí de Diplomacia Paralela y Diálogo de Civilizaciones, que preside el Doctor Abdelfatah Alba Laamchi.
Marruecos no quiere limitar su propuesta de Autonomía regional a un eslogan, que es verdad atrae cada vez a más países en el mundo como “solución realista” al conflicto del Sahara que envenena la región desde el fin de la presencia colonial española en 1976, sino que quiere darle un contenido específico en el que estén presentes tanto los intereses de Estado de los países en conflicto (Marruecos, Argelia y Mauritania), como los intereses específicos de los participantes en el presente y el futuro de la región, en particular el movimiento Frente Polisario.
El encuentro entre el Comité de Expertos y el Centro Marroquí de Diplomacia Paralela, concluyó en unaprimera fase con un documento que lleva por título : El futuro del Polisario una vez terminado el conflictoen el que se abordan los principales puntos de esta cuestión.
En primer lugar, se centra sobre el destino particular de los dirigentes del Polisario, poniendo el acento en los de máximo nivel. Según los expertos marroquíes las propuestas relativas al futuro de los líderes no deben ser hechas en función de la posición que estos hayan tomado personalmente sobre la solución autonómica, sino que deben ser consideradas en tanto que Dirección oficial del movimiento.
Hayan sido favorables o no a la propuesta de Autonomía, el futuro de los dirigentes debe ser considerado igual para todos.
En este capítulo, surge la posibilidad de que se produzca una competencia entre las élites saharauis ya presentes en la región y la llegada de los líderes del Polisario en la disputa por puestos y cargos de responsabilidad tanto en el Parlamento regional como en el Gobierno autonómico previstos por el Plan.
Una competencia que puede llegar a ser muy aguda entre líderes separatistas y líderes unionistas que mantuvieron su apoyo a la unidad nacional y territorial del Reino desde comienzos del conflicto en los años 70 del siglo pasado.
En este aspecto en particular, los participantes en la elaboración del Informe ponen de relieve el papel que puede y debe jugar la Institución monárquica como garante y árbitro del equilibrio entre todas las partes comprometidas. El Palacio Real marroquí por su calidad intrínseca de osatura del Estado, debe situarse y ser aceptado como tal por encima de las partes susceptibles de entrar en conflicto. El Palacio Real ejerce de juez, de moderador y de árbitro.
“La posible rivalidad entre los dirigentes locales y los del Polisario requiere considerar mecanismos democráticos y marcos institucionales y jurídicos inclusivos”, insisten los participantes en el debate.
“También es necesaria una fase de transición para abarcar todas las sensibilidades, sobre todo porque es probable que el tribalismo arroje una sombra sobre la rivalidad en sus dimensiones territoriales y socioeconómicas”, concluyen en este punto.
El segundo aspecto del Informe es el relativo al tema de las armas y de los combatientes armados. El Informe lo ve como “una de las cuestiones más importantes que probablemente se plantearán durante la fase de negociación o durante el proceso de aplicación de la iniciativa de autonomía”.
En este punto se subraya la importancia de la cobertura internacional y del apoyo del Consejo de Seguridad a la puesta en marcha de la Autonomía, siguiendo Resoluciones claras y explícitas.
Existen ya suficientes experiencias internacionales en esta cuestión, en general inclinadas a apostar por procesos pacíficos basados en los equilibrios de poder, en los que toma su tiempo el abandono de las armas o el desmantelamiento de la estructura de las milicias militares.
Los analistas marroquíes consideran este punto crucial porque no puede avanzarse en el autogobierno si no se acepta como premisa previa, el abandono definitivo de las armas. Tanto más, que en el modelo preconizado se considera que la Seguridad y las FuerzasArmadas son competencia exclusiva del estado.
Contener e integrar la estructura armada del Polisario puede ser una de las tareas más complejas del proceso. Si bien es verdad que Marruecos posee al respecto una cierta experiencia histórica, cuando se trató de incluir las diferentes ramas del Movimiento de Liberación armado en las Fuerzas Armadas Reales.
La construcción misma delos Ejércitos marroquíes dejan enseñanzas que pueden ser útiles, ya que una parte de sus componentes provenía del Ejército colonial; otra era de nueva formación; y una tercera de las guerrillas del norte y del sur, que combatieron el dominio colonial franco-español.
Según el Informe elaborado por los expertos, “lo más probable es que la opción de desmantelar las armas y la estructura militar del Frente Polisario -con el objetivo de desmantelar su doctrina- e integrar a algunos de sus dirigentes en los órganos e instituciones nacionales siga estando entre las opciones disponibles para contener e integrar esta compleja estructura”.
El tercer punto que aborda el Informe es el relativo al desmantelamiento de la Organización. Quizás no sea tan delicado como el de la estructura militar, pero el Frente Polisario con su medio siglo de vida, posee una estructura jerárquica compleja, a la que se añade la propia burocracia y redes de influencia e intereses de la “Republica saharaui” con sus apoyos locales, regionales e internacionales.
Desmantelar estos aparatos “cuestiona y pone a prueba la capacidad de Marruecos para asimilar e incluir las élites”, nota el Informe. Aquí juegan un papel también “las garantías internacionales y de Naciones Unidas para facilitar el desmantelamiento de la organización y la reintegración de las auténticas élites saharauis implicadas en el conflicto”.
Como cuarto y último punto del Informe, los expertos señalan el futuro de los residentes en los campamentos de Tinduf. Un problema complejo a tratar, en gran parte porque el conflicto del Sáhara Occidental ha hecho aparecer dos tesis contrapuestas: la primera, unitaria y de defensa de la unidad nacional y territorial; y la segunda, separatista, en contra del enfoque nacionalista marroquí.
La sociedad saharaui quedó de facto dividida en dos. La aplicación del Plan autonómico, dicen los expertos, no debe dar prioridad y exclusividad a ninguna de las dos partes.
La composición humana y étnica de los campamentos de refugiados plantea numerosos problemas y complica la cuestión de un retorno sin problemas, creen los analistas marroquíes. Número, procedencia, pertenencia tribal, recomposición de familias, generaciones nacidas en los campamentos, abren un proceso de negociaciones difícil y no exento de altibajos.
Marruecos elabora su Hoja de Ruta, inclusiva, participativa y democrática, cuyo objetivo final es resolver definitivamente un conflicto que, aun siendo menor y de baja intensidad, afecta a unas poblaciones orgullosas de su pasado y confiantes en su futuro.