Argelia

6 desarrollos críticos en el aparato judicial y de inteligencia argelino

Fuentes internas informan de un recrudecimiento en las purgas internas, reposicionamientos estratégicos y reestructuraciones dentro de los principales órganos del sistema judicial y de seguridad en Argelia. A continuación, se detallan los hechos más relevantes:

1. Destitución inminente del ministro de Justicia, Abderrachid Tabbi:
Se ha tomado la decisión de destituir al actual ministro de Justicia. La medida llega tras la publicación por parte de Amir Boukhors de un extracto de video de vigilancia en el que aparece Kamel Chikhi («El Bouchi») acompañado de Khaled Tebboune, hijo del presidente Abdelmadjid Tebboune. Esto contradice las declaraciones públicas anteriores del mandatario, quien aseguró que su hijo no tenía relación alguna con el caso y había sido exonerado. Para evitar que la opinión pública relacione directamente esta destitución con el video filtrado o con presiones mediáticas, se ha decidido aplazar su ejecución por varios días.

2. Lucha interna por la sucesión en el Ministerio de Justicia:
Se están llevando a cabo deliberaciones internas sobre quién reemplazará a Tabbi. Boualem Boualem, asesor del presidente, ha propuesto a Abderrazak Ben Salem, actual director de Asuntos Jurídicos y Judiciales. Sin embargo, se afirma que Ben Salem carga con un expediente ético comprometedor, lo que ha generado preocupación en el entorno presidencial. Por su parte, otra facción dentro del régimen apoya la candidatura de Boukhari. Este enfrentamiento refleja la alta tensión y los intereses en juego alrededor de este ministerio estratégico.

3. Subordinación del ministro de Justicia a la inteligencia militar (DCSA):
Según las fuentes, Abderrachid Tabbi transmite de forma sistemática todas las instrucciones que recibe del poder civil al general Mahrez Djeribi, jefe de la Dirección Central de Seguridad del Ejército (DCSA), para su validación previa antes de proceder. Esta conducta se explica, supuestamente, por un incidente del pasado no revelado que estaría siendo utilizado como instrumento de presión por la DCSA: durante una estancia privada en Béjaïa, Tabbi habría pasado la noche con una mujer tunecina, a la que encontró muerta al día siguiente. Posteriormente, contactó a oficiales de la DCSA en Constantina, con quienes mantenía vínculos de confianza. Estos se encargaron de ocultar el cadáver y silenciar el caso. Desde entonces, la DCSA conservaría material comprometedor que somete al ministro a una dependencia continua y lealtad forzada hacia los servicios de inteligencia militar.

4. Investigación militar a altos responsables de seguridad:
Tras la destitución esta semana del general Abdelkader Haddad, varios altos cargos han sido citados a declarar, entre ellos el propio Abdelkader Haddad (exdirector general de Seguridad Interior – DGSI), Ali Badaoui (director general de Seguridad Nacional – DGSN), y el coronel Touazi Amine, alias “Tarek”, comandante del Centro Antar, principal centro de detención e interrogatorio del régimen. Las citaciones fueron emitidas por el Centro Principal de Investigaciones Militares (CPMI), bajo la supervisión directa del jefe del Estado Mayor, Saïd Chengriha.

5. Cese y apertura de investigación contra el teniente coronel Amara Yacine (“Osama”):
El teniente coronel Amara Yacine, conocido como “Osama”, jefe de la unidad de expedientes especiales y subordinado directo del director de Seguridad Interior, ha sido destituido y puesto bajo investigación. El motivo: su implicación en la creación de una célula de ciberataques ilegales fuera de cualquier marco institucional. La operación tenía su sede en la Villa 18 de El Biar (Argel) y estaba dirigida por el teniente coronel Djamel Baghdadi, alias “Baghdadi”, junto a el capitán Sofiane Bouchlaghem («Reda») y el capitán Anouar Hassani («Anouar»).

6. Cambio previsto en la dirección del Centro Antar:
Está previsto que el coronel Slim Belaazoug asuma el cargo de comandante interino del Centro Antar, en sustitución del coronel Touazi Amine («Tarek»), actualmente bajo investigación.

En la actualidad, los instrumentos institucionales más poderosos dentro del régimen argelino son la DCSA (Dirección Central de Seguridad del Ejército), dirigida por el general Mahrez Djeribi bajo la autoridad del jefe del Estado Mayor, general Saïd Chengriha, y el CPMI (Centro Principal de Investigaciones Militares), que opera bajo la supervisión directa y personal de Chengriha. Ambas estructuras constituyen el núcleo del aparato encargado de consolidar el poder y hacer cumplir la disciplina interna del régimen.

El Ministerio de Justicia se encuentra inmerso en un conflicto de sucesión no resuelto, marcado por luchas internas entre facciones y un creciente escrutinio público. Su futuro inmediato está siendo observado de cerca tanto por los círculos del poder como por la sociedad. En la práctica, el ministerio está completamente comprometido, funcionando bajo vigilancia constante, presión directa y control operacional por parte de la DCSA, lo que lo convierte en una entidad institucionalmente subordinada.

Por su parte, la DGSI (Dirección General de Seguridad Interior) se encuentra bajo fuerte presión y observación, ante sospechas de deslealtad, incluyendo la supuesta acumulación de material comprometedora y, posiblemente, la formación de una corriente paralela que busca una toma interna del poder o un golpe institucional. Mientras tanto, la DGSN (Dirección General de Seguridad Nacional) es vista como cómplice, pasiva o estructuralmente incapaz de detectar o contener esta deriva.

El Centro Antar, principal instalación del régimen dedicada a la detención y los interrogatorios, atraviesa un proceso de transición en su mando, lo que indica una fase sensible de reajuste en uno de los órganos más temidos del Estado.

En cambio, la Presidencia se perfila actualmente como el eslabón más débil de la estructura del poder: reactiva, fragmentada y cada vez más marginada. Su accionar se basa principalmente en respuestas tardías ante las crisis y maniobras para contener daños. Las decisiones que emanan de esta institución parecen estar motivadas más por la preocupación por la opinión pública y la búsqueda de legitimidad simbólica que por un liderazgo coherente. Su postura revela un intento de proyectar fortaleza mediante la gestión mediática, más que a través del ejercicio real de la autoridad.

Abderrahmane Fares ✍️

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