Golpe de Estado de 1992: los militares argelinos han pedido permiso de Mitterrand

Un reportaje de L’Express, publicado el 8 de mayo de 2025, reveló que el golpe militar que interrumpió el proceso electoral en Argelia a inicios de 1992 no fue una decisión puramente interna. Según el artículo, los generales argelinos esperaron, y obtuvieron, la aprobación del entonces presidente francés François Mitterrand antes de proceder.
Tras la primera vuelta de las elecciones legislativas en diciembre de 1991, que dio una clara ventaja al partido islamista FIS, se intensificaron los contactos entre los mandos militares argelinos y círculos de poder en París. Jean-Charles Marchiani, exoficial de inteligencia y emisario francés no oficial, declaró más tarde: “Hubo contactos entre los generales y Francia entre la primera y la segunda vuelta.”
Aunque Francia declaró públicamente su neutralidad, figuras clave como Marchiani y el general Philippe Rondot realizaron múltiples visitas a Argel. Según el propio Marchiani: “Mitterrand dio su aprobación, de forma ambigua pero muy clara, para que no se celebrará la segunda vuelta.”
El 11 de enero de 1992, los generales obligaron al presidente Chadli Bendjedid a dimitir. Al día siguiente, los tanques ocuparon las calles de la capital. Llamativamente, los generales aseguraron a las autoridades francesas que respetarían los “derechos humanos” y garantizarían la “seguridad del presidente Chadli”, debido a su buena relación personal con Mitterrand y con Hubert Védrine, entonces secretario general del Elíseo. Esto sugiere que se barajó la posibilidad de su eliminación, descartada finalmente como parte de un entendimiento tácito con París.
Francia mantenía desde 1984 vínculos estrechos con el DRS, los servicios secretos argelinos. Yves Bonnet, exjefe de la DST francesa, elogió su cooperación con el general Smaïn Lamari, a quien calificó de fuente fiable.
A pesar de las recomendaciones de la DGSE de apoyar el proceso democrático, el Elíseo guardó silencio. El golpe se llevó a cabo. Lo que siguió fue la renuncia de Chadli, el asesinato de Mohamed Boudiaf y una guerra civil que duró una década.
Abderrahmane Fares.